¿CUANDO LOS PAÍSES AUMENTAN SUS EXPORTACIONES LES VA MEJOR?
JOSÉ ROBERTO CONCHA VELÁSQUEZ
Candidato a Doctorado en Negocios. Tulane University. USA. Departamento de Mercadeo, Universidad ICESI. Colombia. Ingeniero Químico, Universidad del Valle. Colombia. Magíster en Ingeniería Industrial y Sistemas. Universidad del Valle. Colombia. Programa de Alta Gerencia. INCAE. Costa Rica.
RESUMEN
Comparando las exportaciones por habitante de diferentes países con los índices HDI (Human Development Index) y el Producto Interno Bruto (PIB) por habitante, obtenidos para los años 1990 y 1998, es posible establecer que los países a medida que incrementan sus exportaciones totales y por habitante también mejoran en sus índices de bienestar de la población, lo que es un fiel indicativo que la calidad de vida de sus habitantes ha mejorado. Así mismo, se pudo comprobar que los países que disminuyeron sus exportaciones por habitante también cayeron en los índices HDI y el PIB por habitante.
PALABRAS CLAVES
Índice de desarrollo humano (HDI). Índice Gini. Producto Interno Bruto (PIB) por habitante. Desarrollo de las personas.
SUMMARY
By comparing per capita exports of various countries with their corresponding HDI (Human Development index) and per capita Gross Domestic Product (GDP), from 1990 to 1998, one finds a positive correlation between increased exports (total as well as per capita) and the standard of living. Thus, increased exports are a valid indication of improved living conditions. Similarly, countries with decreasing exports exhibit drops in both their HDI and per capita GDP.
KEY WORDS
Human Development Index (HDI). Gine Index. Per Capita Gross Domestic Product (GDP). Human Development.
INTRODUCCIÓN
En una conferencia de prensa, el reciente premio Nobel de Economía, Profesor Vernon L. Smith (George Mason University, Fairfax, VA, USA), expresó su opinión sobre la importancia de la globalización y los negocios internacionales así: "Quien no hace negocios no consigue dinero, porque la forma de incrementar las divisas un país es a través del intercambio internacional de productos o servicios".
Sobre un tema similar, muchas veces hemos oído decir que los países que exportan más les va mejor; sin embargo esta afirmación no se ha visto confirmada utilizando términos mensurables o numéricos. A través de este estudio, hemos querido analizar cómo el incremento en las exportaciones mejora la calidad de vida de los habitantes de un país. Sin embargo, el término de "mejoría en la calidad de vida" o bienestar de la población está rodeado de muchas controversias. Los autores de este documento han decidido interpretar este término como el bienestar económico de las personas y de la sociedad, definidos dentro de los términos de distribución de ingresos, riqueza y empleo.
Para evaluar estos términos, se han analizado datos macroeconómicos de varios países en diferentes continentes, tomando una muestra representativa aleatoria de los mismos. Esta muestra una vez definida fue comparada con las bases estadísticas obtenidas, con el propósito de podernos asegurar que existe un soporte numérico confiable y suficiente de los datos socioeconómicos de dichos países. En caso de no poder encontrar este soporte, el país fue sustituído en la muestra por otro de características macroeconómicas muy similares, en el mismo continente.
Originalmente considerábamos que el índice Gini podría suministrar información sobre el efecto que tiene el comercio internacional de los países en el ingreso de las personas. El índice Gini es una medida de la desigualdad de ingresos o recursos de una población. Está basado en la noción estadística, conocida en la literatura como la diferencia promedio de una población, y su escala varía de cero a uno, siendo cero el índice que representa no-desigualdad y uno el índice con el mayor grado de desigualdad.
Desafortunadamente el índice Gini no es calculado anualmente para todos los países y la disparidad que se encuentra en las bases de datos internacionales no hace posible una comparación con validez estadística.
ANTECEDENTES
Existen antecedentes científicos sobre el tema, como es el estudio realizado por Chakrabarti en 2000. En una muestra desarrollada con 73 países, este investigador encontró que el comercio reduce las desigualdades existentes entre las diferentes clases sociales.1
Así mismo, en un artículo sobre comercio: "Disparidad en los ingresos y pobreza", de Hakan Nordstrom, establece que los países que desarrollan comercios bilaterales empiezan también a desarrollar más rápidamente una convergencia entre sus ingresos, situación que no se presenta si no existen estos intercambios crecientes.2 Sin embargo, hay aún muchas controversias sobre el impacto que tiene el comercio en la disminución de las desigualdades de ingresos de los trabajadores en los distintos países. Wood (1994) atribuye casi las dos terceras partes de las desigualdades salariales al comercio, mientras que Lawrence y Slaughter (1993) argumentan que ninguna diferencia salarial puede ser explicada por el comercio.3 Por otra parte, Bernard Wasow señala el caso del espectacular crecimiento de las exportaciones de los países del sudeste asiático y su consecuente desarrollo, tanto a nivel macro como a nivel micro, expresada como la sustancial mejora de los ingresos de los habitantes en esa, anteriormente conocida como pobre región.4
En relación con los términos de pobreza y comercio en general, Hakan Nordstrom concluye lo siguiente: "Aunque no existe una relación biunívoca, entre comercio y pobreza, las evidencias parecen demostrar que la liberalización del comercio contribuye positivamente a aliviar el nivel de pobreza de los pueblos, ya que ello permite a las personas aprovechar su potencial productivo, ayudar al crecimiento económico, disminuir las intervenciones políticas arbitrarias y protegerse contra adversos golpes económicos fuertes. Sin embargo, la mayoría de los acuerdos para incentivar comercio internacional genera algunos perdedores (en el corto y largo plazo) y de esa forma puede generarse pobreza en casos especiales. La política de respuesta apropiada en estas circunstancias es la de solucionar estos puntos específicos de conflicto facilitando algunos ajustes, más que el abandonar por ese motivo los procesos de reformas comerciales".5
En referencia a los niveles de empleo, no hemos encontrado un índice que relacione el nivel de empleo con el comercio internacional, sin embargo la teoría clásica del comercio nos dice que el incremento en el comercio internacional genera nuevas plazas de trabajo, y por otra parte hay unos efectos de corto plazo en algunas personas que pierden sus puestos de trabajo pero que rápidamente se reubican en los nuevos empleos generados por la misma actividad comercial.6
En conclusión, como se ha determinado en varios estudios, se podría concluir de esta investigación bibliográfica que un aumento en el comercio internacional puede reducir las desigualdades en ingresos dentro de las poblaciones de los países, así mismo disminuye la pobreza en el largo plazo y parece tener muy limitados efectos en el nivel de empleo. Por otra parte, podría surgir la pregunta de cómo es afectado por el comercio internacional el bienestar de un país. La respuesta a esta inquietud la hemos investigado a través de las variaciones de las exportaciones por habitante, el Producto Interno Bruto (PIB) de los países y el Índice de Desarrollo Humano (HDI). Las cifras de 1990 son comparadas con las de 1998 para evaluar los cambios ocurridos. Es conveniente aclarar que algunos de estos datos pueden estar afectados por eventos ocurridos dentro de los países escogidos en el período escogido, tal es el caso por ejemplo, de Suráfrica, país que antes de 1998 comprendía la llamada Área Común Aduanera Surafricana (South African Common Customs Area, SACCA), la cual incluía Botswana, Lesotho, Namibia, Suráfrica y Swazilandia. Sin embargo, los valores de exportaciones de 1998 se refieren sólo a Suráfrica, excluyendo el comercio interno de la SACCA,7 esta variación distorsiona las cifras de comercio internacional para Suráfrica y hace de este país una muestra no representativa en nuestro estudio.
Las cifras de exportaciones fueron tomadas del International Monetary Fund´s International Financial Statistics Yearbook, año 2001. Estas cifras corresponden a las exportaciones de los diferentes países en términos FOB (free on board) y expresadas en dólares de los Estados Unidos de Norteamérica.
EL ÍNDICE DE DESARROLLO HUMANO
El Índice de Desarrollo Humano (HDI) es un método sencillo y amigable para evaluar el desarrollo de las personas en el ámbito local, nacional e internacional. Es utilizado formalmente para estudiar tendencias, situaciones y brechas entre grupos poblacionales, lo cual es de amplia utilidad en la formulación de políticas de desarrollo de comunidades. El Índice de Desarrollo Humano (HDI) fue elaborado por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas (United Nations Development Programme) en 1990 y es incluido anualmente en sus reportes de desarrollo humano. El Índice de Desarrollo Humano (HDI) mide el desarrollo promedio alcanzado por un país en el logro de las metas primarias humanas.8 Este índice evalúa las condiciones promedias de vida de los habitantes de un país. En el HDI se incluye la expectativa de vida existente en ese país, el acceso al conocimiento y los estándares básicos de vida, suministrando con esa combinación un índice global del grado de bienestar. La longevidad es considerada como la esperanza de vida; el conocimiento es medido como una combinación del índice de alfabetismo (dos tercios de su valor) y los años promedio de escolaridad de su población (un tercio del valor). Finalmente, el estándar de vida es medido como el poder de compra, basado en el PIB per cápita real, ajustado por el costo de vida local, que se conoce como paridad del poder de compra (purchasing power parity, o PPP). El HDI establece, entonces, un máximo y un mínimo para cada una de estas dimensiones. Cada país, de acuerdo con sus logros en estos valores que considera el HDI recibe entonces un valor relativo en una escala que va de cero a uno. Es así como la escala mínima en conocimiento es 0% y la máxima es 100%. En un país donde este valor es del 75%, el HDI se expresa como 0.75. En cuanto al índice de esperanza de vida o longevidad se mide con un mínimo de 25 años y un máximo de 90 años. Así, el componente de longevidad de un país donde la esperanza de vida son 55 años es de 0.55. Finalmente, el estándar de vida es determinado por el ingreso. En este caso el ingreso mínimo es definido como $100 (purchasing power parity, o PPP), y el máximo es $40.000 (PPP). Los valores así obtenidos para las tres dimensiones consideradas son promediados para obtener un índice total.
MUESTRA
Con el propósito de tener una muestra lo más representativa posible se escogieron países desarrollados, en vías de desarrollo y emergentes de los diferentes continentes. Sin embargo, como lo mencionamos al principio, la inclusión de los diferentes países estaba condicionada a la disponibilidad de datos estadísticos suficientes y válidos. Una vez definida la muestra, los países fueron ordenados de mayor a menor de acuerdo con sus exportaciones por habitante. Es conveniente anotar que tanto en 1990 como en 1998 de la muestra escogida, Irlanda ocupa el más alto lugar en exportaciones por habitante. Los países que siguen en su orden son del continente europeo, posteriormente países desarrollados del Asia y del Pacífico, seguidos por países emergentes de Asia y Latinoamérica y finalmente los países africanos. El orden de estas naciones por sus exportaciones por habitante en 1990 no muestra cambios dramáticos en el cuadro estadístico ocho años más tarde (1998), sin embargo la cifra de exportaciones por habitante sí varía significativamente, lo cual hace suponer que los países de esta muestra variaron también notoriamente sus volúmenes de exportaciones, pero esta variación ocurrió de manera proporcional a su población.
En promedio, podríamos decir que esta variación o incremento en las exportaciones de bienes y servicios fue alrededor de un 30% superior en 1998 comparado con las exportaciones de 1990. Algunos países tuvieron incrementos sustancialmente superiores, como es el caso de Irlanda, México y Tailandia (un incremento del 157% en el caso de Irlanda). Otros, en cambio, crecieron a tasas muy bajas, o el crecimiento poblacional en su país hace disminuír el índice por habitante. Finalmente, algunos países presentaron cifras negativas o de disminución en sus exportaciones por habitante. Entre este grupo se incluyen Suráfrica, Bulgaria y Burundi.
Nuestra hipótesis formulada como título en este artículo establece que cuando los países aumentan sus exportaciones les va mejor; de acuerdo con este supuesto, si clasificamos los países en orden descendente de exportaciones por habitante, entonces esta clasificación debería también corresponder a un ordenamiento de mayor a menor en el Índice de Desarrollo Humano (HDI) y en el índice de Producto Interno Bruto (PIB) por habitante. Así mismo, debemos encontrar que ambos índices deben de decrecer a medida que los países exporten menos (Ver Tablas 1 y 3).
Haciendo un análisis de correlación para confirmar la validez de los resultados (Tablas 2 y 4), los valores de exportaciones por habitante y el Índice de Desarrollo Humano (HDI) muestran que están positivamente correlacionados con un valor de ρ = 70,31% en 1990 y de ρ =59,28% en 1998. También encontramos una correlación positiva entre exportaciones por habitante y Producto Interno Bruto (PIB) por habitante, los valores son ρ = 74,85% en 1990 y ρ =65,75% en 1998. Es importante resaltar en nuestro análisis que algunos países que exportan menos por habitante que otros tienen Índices de Desarrollo Humano (HDI) o Producto Interno Bruto (PIB) por habitante mayores a otros que exportan más por habitante. Tal es el caso por ejemplo de Japón que en 1990 muestra un alto Índice de Desarrollo Humano: 0.904, y también el más alto índice de Producto Interno Bruto por habitante, de la muestra de países seleccionada, equivalente a US $38.713, sin embargo está clasificado en noveno lugar en la lista de exportaciones por habitante. Esto permite confirmar que sería falsa una hipótesis que estableciera que los países que exportan más tienen un mejor nivel de vida de sus ciudadanos, comparando con otros países que exportan menos, cuando este bienestar se mide por el Índice de Desarrollo Humano (HDI) y el ingreso per cápita.
Es muy importante destacar el hecho de que los países que incrementaron sus exportaciones por habitante entre 1990 y 1998 también mejoraron la calidad de vida de sus ciudadanos, como se puede apreciar por el incremento en el Índice de Desarrollo Humano y al mismo tiempo se presentó un aumento en el ingreso per cápita, como se muestra por la variación positiva que registra el Producto Interno Bruto (PIB) por habitante. Por ejemplo, entre 1990 y 1998, Italia aumentó sus exportaciones desde US $3.003,76 por habitante hasta US $4.272,30 y al mismo tiempo se registra un incremento en el Índice de Desarrollo Humano (HDI) de 0,875 a 0,903 y del PIB por habitante de US $18.032 a US $19.574.
Son de gran interés también para nuestra investigación los países que muestran una disminución en las exportaciones por habitante entre 1990 y 1998 para evaluar qué sucede con sus índices HDI y PIB por habitante. De la muestra seleccionada los países que presentan esta situación son: Suráfrica, Bulgaria y Burundi. Sin embargo, la situación de Suráfrica por las circunstancias de cambios internos en el período, como se explicó anteriormente, hace inválida su evaluación. Pero los casos de Bulgaria y Burundi sí sirven para confirmar nuestra hipótesis, ya que una disminución en sus exportaciones por habitante también conlleva un menor Índice en el Desarrollo Humano (HDI) y al mismo tiempo una disminución en sus ingresos per cápita.
Esta investigación nos muestra que aunque los países que exportan más que otros, como lo muestran en la tabla Irlanda y Japón, no tienen de por sí un mejor estándar de vida, un país internamente sí se beneficia con el bienestar de sus ciudadanos al incrementar sus exportaciones por habitante. Un ejemplo de cómo el incremento en las exportaciones trae beneficios internos para los países se puede reflejar en el caso de Rusia, que sufrió económicamente, en una forma significante con su crisis en agosto de 1998. Gracias a los ingresos obtenidos por el incremento en sus exportaciones, principalmente petróleo, pudo mejorar significativamente sus reservas y es así como a principios del 2001 el sistema bancario se ha recuperado entre el 67 y el 80% a los niveles que existían antes de la crisis.9 Otro buen ejemplo es la ciudad de Herat, el centro de negocios más próspero de Afganistán. Al respecto, un oficial de las Naciones Unidas anotaba: "Herat es el centro del dinero y los negocios, y la razón porque la gente en esta ciudad tiene los mejores ingresos, ropas más elegantes, buen comercio y teléfonos que funcionan es por el comercio fronterizo con Irán, aun en la época en que Afganistán estuvo bajo el gobierno talibán".10 Otro fenómeno se encuentra en los países del norte de África, que muestran unas economías con crecimientos muy bajos e incluso negativos. Una causa de esta pobre situación es su estrecho portafolio de productos exportables y el limitado comercio bilateral existente entre los países vecinos por el escaso poder de compra.11 En conclusión, una activa campaña en los países para incrementar las exportaciones mejora la calidad de vida de sus ciudadanos.
CONCLUSIONES
El análisis de la anterior información permite concluir que los países que aumentan sus exportaciones por habitante, muestran también un crecimiento en sus Índices de Desarrollo Humano (HDI) y en el Producto Interno Bruto (PIB) por habitante. Por el contrario, los países que disminuyen en un período sus exportaciones por habitante muestran un deterioro en sus Índices de Desarrollo Humano (HDI) y Producto Interno Bruto por habitante (PIB), lo cual significa un decrecimiento en la calidad de vida de la población. Esto confirma la hipótesis propuesta por los autores de esta investigación que a los países que aumentan sus exportaciones les va mejor porque incrementan positivamente los índices económicos y sociales de sus ciudadanos, lo cual está soportado por la evaluación de los comportamientos de los Índices de Desarrollo Humano (HDI) y por el Producto Interno Bruto (PIB) por habitante. Es conveniente aclarar, finalmente, que esta mejora en los países es relativa a su condición previa y no se relaciona con la situación de bienestar con otros países.
INVESTIGACIONES FUTURAS PROPUESTAS
Sobre este tema es importante proponer el desarrollo de futuras investigaciones que incluyan comparaciones de exportaciones por habitante y exportaciones nacionales totales contrastadas con índices socioeconómicos tales como desempleo y/o pobreza. Sin embargo, debemos recalcar que tales análisis son altamente dependientes de la disponibilidad de cifras sobre todo de países en desarrollo donde sus fuentes muchas veces no están disponibles, son muy antiguas o de dudosa procedencia. Pero, con una buena base estadística es posible profundizar mucho más en este análisis por continentes o por regiones. Otra interesante posibilidad es explorar el impacto de las importaciones en el bienestar de los países y cómo esta forma de comercio afecta el bienestar de sus ciudadanos, al fin y al cabo el comercio internacional tiene los dos frentes: el de las exportaciones y el de las importaciones.
NOTAS AL PIE DE PÁGINA
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2. Nordstrom, Hakan. Trade, Income Disparity and Poverty: An Overview.
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4. Wasow, Bernard. A case for free trade. Challenge. July/August 2001. Armonk.
5. Nordstrom, Hakan. Trade, Income Disparity and Poverty: An Overview.
6. Pryor, Frederic L. The impact of foreign trade on the employment of unskilled US workers: some new evidence. Economic Journal. Vol 65, issue 3, pg 472-492. Jan 1999, Chapel Hill.
7. IMF. International Financial Statistics Yearbook 2001, page 1076.
8. Moez Doraid. Human Development Report Office, August 1997. http://www.undp.org/hdro/anatools.htm
9. Aris, Ben. Little room to manoeuvre. The Banker. London. July 2001.
10. Asia: if you want a Mercedes, try Herat; Afghanistan and Iran. The Economist; Vol. 362, Issue 8257, pg 37. London, Jan 26, 2002.
11. Chabrier, Paul. Growth Strategy for North Africa: a regional approach. Finance and Development, vol. 38, issue 4, pg 26-27. Washington, Dec 2001.
BIBLIOGRAFÍA
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