COLECTIVOS DE INVERSIÓN EMPRESARIAL: UNA OPCIÓN HACIA EL DESARROLLO LOCAL1,2
ÉLBAR RAMÍREZ*1, MARGOT CAJIGAS ROMERO2, PEDRO JIMÉNEZ ESTÉVEZ3
1Magíster en Administración de Empresas, Universidad del Valle, Colombia. Profesor asociado, Universidad Nacional de Colombia (sede Palmira), Colombia. Grupo de investigación "Sociedad, Economía y Empresa" (Director), afiliado a la Universidad Nacional de Colombia, clasificación D de Colciencias. eramirez@palmira.unal.edu.co
2Magíster en Ciencias de la Organización, Universidad del Valle, Colombia. Profesora, Universidad Autónoma de Occidente y Universidad Nacional de Colombia (sede Palmira), Colombia. "Grupo de investigación en Contabilidad y Finanzas (GICOF)" (Directora), afiliado a la Universidad Autónoma de Occidente, clasificación D de Colciencias. mcajigas@uao.edu.co
3Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, Universidad de Castilla-La Mancha, España. Profesor titular, Universidad de Castilla-La Mancha, España. Director, Centro de Estudios Universitario de Talavera de la Reina, España. pedro.jestevez@uclm.es
* Autor para correspondencia. Dirigir correspondencia a: Carrera 32 – 00 Chapinero Oficina 50-4160, vía Candelaria, Universidad Nacional de Colombia, sede Palmira, Colombia.
Fecha de recepción: 09-09-2009 Fecha de corrección: 25-05-2010 Fecha de aceptación: 11-01-2011
RESUMEN
Este estudio tuvo como objetivo estructurar el modelo CIEM (Colectivos de Inversión Empresarial), orientado a disminuir la pobreza en cada localidad que lo adapte a su realidad, al crear nuevas empresas, fortalecer las que presentan dificultades y reabrir las cerradas. Se realizó mediante el método social, aplicando un sondeo de opinión a potenciales emprendedores y una mesa de trabajo integrada por agentes sociales claves, quienes con sus ideas prácticas asociadas al análisis teórico, permitieron concluir que es viable implementar un modelo impulsor de empresas en tres dimensiones: empresa nueva, empresa repotenciada y empresa reiniciada, sustentadas esas tres categorías de empresas por emprendedores e inversores unidos para forjar el desarrollo local.
PALABRAS CLAVE
Colectivos, inversión, ahorros, aporte, empresas.
Clasificación JEL: O01, O18
ABSTRACT
Business investment groups: an option towards local development
This study aimed to structure the CIEM (Spanish acronym for Business Investment Group) model, which is geared to reducing poverty in each location that adapts the model to its local reality by creating new companies, strengthening those facing difficulties, and reopening companies that have been closed. It was carried out using the social method, based on an opinion poll conducted with potential entrepreneurs and a panel discussion composed of key actors. Their practical ideas, associated with theoretical analysis, led us to conclude that it is feasible to implement a threedimensional business driving model: new business, enhanced business, and restarting business. These three business categories are supported by the joint efforts of entrepreneurs and investors for building local development.
KEYWORDS
Group investment, savings, inputs, companies.
RESUMO
Grupos de investimento empresarial: uma opção para o desenvolvimento local
Esse estudo teve como objetivo estruturar o modelo CIEM (Organismos de Investimento Coletivo de Negócios), que visa reduzir a pobreza em cada local que o adapte a sua realidade, criando novas empresas, fortalecendo aquelas que apresentam dificuldades e reabrindo as encerradas. Foi realizado pelo método social, utilizando-se uma pesquisa de opinião a potenciais empreendedores e um grupo de trabalho composto por atores sociais chave que, com suas ideias práticas associadas à análise teórica, permitiram concluir que é viável a implementação de um modelo de negócio orientado em três dimensões: empresa nova, repotenciação de empresa, e empresa reiniciada, sendo apoiadas essas três categorias de empresas por empresários e investidores em conjunto para construir o desenvolvimento local.
PALAVRAS-CHAVE
Coletivo, investimento, poupança, contribuições, empresas.
INTRODUCCIÓN
Ante el compromiso académico de estudiar la realidad social para proponer soluciones aplicables a falencias tales como el desempleo y la pobreza, el presente trabajo respondió al llamado de la Universidad Icesi a formular "análisis y propuestas creativas ante los retos del nuevo entorno empresarial", gracias a que los autores han realizado trabajo investigativo en la línea del emprendimiento empresarial o creación de empresas, procurando introducir nuevos enfoques.
Efectivamente se acometió el presente estudio tras el objetivo de idear y estructurar un modelo o programa denominado CIEM (Colectivos de Inversión Empresarial), capaz de servir de base para que en las localidades de economías en desarrollo como la colombiana, se genere dinámica social y económica a partir de crear nuevas empresas, fortalecer las existentes y reiniciar las que estén inactivas.
Para definir cómo debería diseñarse y operarse el programa, se empleó el método social. El recurso de investigación fue la opinión técnica de estudiantes universitarios y líderes cívicos, quienes consultados a través de un sondeo de opinión y discutiendo en una mesa de trabajo, indicaron la estructura y funcionalidad a un modelo así creado por la gente para la gente.
Se consiguió entonces proponer un sistema de generación de empresas basado en la autogestión local, en el cual un grupo de agentes sociales claves asumen la operación como CIEM local, plataforma desde donde se hará emprendimiento creando, fortaleciendo y reactivando empresas, asociando a emprendedores e inversores, pudiendo estos últimos ser trabajadores o inversionistas profesionales y estar residenciados dentro o fuera de la localidad. Sus proyectos empresariales se evaluarían con base en una plataforma electrónica y tanto el CIEM local como las empresas auspiciadas, deberán orientarse dentro de los principios del buen gobierno corporativo.
El programa denomina emprendedor a quienes crean, reestructuran y reabren empresas en cada localidad. El programa formula el Ahorro-Aporte como medio para que los asalariados puedan invertir, y enarbola la aparición, consolidación y permanencia del Trabajador-Empresario, sujeto éste a volverse común y activo dentro de las economías emergentes, encarnado en el asalariado, quien es doble aportante a la economía, pues continúa siendo empleado mientras invierte en empresas.
El trabajo se presenta en tres apartados, siendo el primero esta introducción. El segundo entrega el desarrollo pleno de la propuesta en siete subapartados así: metodología aplicada, fundamentos teóricos, resultados alcanzados, reseña metodológica para hacer estudios de pre y factibilidad, gobierno corporativo de la organización local y las empresas auspiciadas y barreras del programa. Las conclusiones y recomendaciones, presentadas en el tercer apartado, destacan la importancia de asumir el emprendimiento empresarial en la noción de crear, fortalecer y reabrir empresas, base esto para comprometerse en una futura investigación, centrada en el tema de la valoración de empresas cerradas o en riesgo de cierre, para reabrirlas o fortalecerlas con la participación de nuevos socios.
1. CONSTRUCCIÓN DE LA PROPUESTA CIEM
Ante la pobreza creciente en las economías emergentes, reflejada en desempleo, subempleo y bajos salarios,3 indicador ello de la carencia de suficientes empresas, se vislumbró el enorme potencial que tienen países como Colombia de revertir tal situación, de lograrse organizar a sus gentes para que decididamente disminuyan la pobreza, vía trabajo productivo, a través de más y mejores empresas. Dicho esto, se concibió la iniciativa de estructurar un programa capaz no solo de crear empresas, sino de evitar el cierre de las que estén operando y más aún, reactivar las cerradas, centrándose la iniciativa en el municipio o localidad y gestionando recursos dentro y fuera de este ámbito territorial, procurando así construir desarrollo local por autogestión empresarial.
Buscando idear tal alternativa generadora de empresas se formuló este interrogante: ¿cómo debería estructurarse un programa capaz de crear, fortalecer y reiniciar empresas en localidades de economías emergentes, consiguiendo la convergencia de emprendedores-oportunidad de negocio-inversores para auspiciar la generación de riqueza en las localidades?
Ese interrogante resultó esclarecedor pues permitió construir el programa desde la percepción de la gente que usaría sus resultados, obteniendo ellos mismos los elementos a analizar para poder proponer soluciones al viejo problema de la pobreza mediante fórmulas nuevas y creativas, en donde incluso se contempla al desempleo y al subempleo como oportunidades para hacer emprendimiento, pues el que haya personas excluidas de trabajar y consumir, demuestra que existe un enorme espacio para invertir y construir mercados a favor de nuevas y antiguas empresas.
Así entonces, el programa formulado en últimas se delineó dentro de los criterios siguientes:
El valor del Ahorro–Aporte se establece para cada idea emprendedora en función al monto de la inversión a realizar, del número de posibles socios y de la capacidad del emprendimiento de generar utilidades y flujo de caja libre, por lo cual se define su monto desde el análisis de prefactibilidad de la idea emprendedora o al hacer el estudio de factibilidad, significando esto que el instrumento se convierte en un elemento de planeación, organización, dirección y control en la estructuración de cada proyecto de inversión. La estrategia se representa en el Gráfico 1.
1.1. Material y métodos de investigación
Asumiendo el reto necesario de cualquier aspirante a Doctor de ser "metodólogo en la medida en que ha debido diseñar un método específico para su específico tema de investigación, documentalista, en cuanto ha debido ejercitarse en las técnicas de la investigación bibliográfica y en la redacción del repertorio bibliográfico final" (López y Ros, 2005, p. 32) se plantea el objeto de estudio y método seguido. El material u objeto de estudio de este trabajo fue la opinión fundamentada
y razonada de los potenciales emprendedores empresariales y de líderes locales, representados los primeros en estudiantes universitarios, y los segundos en funcionarios de instituciones tales como la Alcaldía y el Concejo Municipal, la Cámara de Comercio, cajas de compensación familiar, fondos de empleados, cooperativas, sindicatos, universidades, entidades financieras, empresarios, emprendedores y líderes cívicos. Con ellos se hallaron las respuestas mediante el método de la investigación sociológica, aplicando un sondeo de opinión y una mesa de trabajo, hasta establecer cómo debía estructurarse y operarse el programa.
Por centrarse la estrategia en la localidad, se trabajó en el municipio de Palmira, con sus líderes y estudiantes de la Universidad Nacional de Colombia. Sus criterios fueron recogidos en un cuestionario estructurado, asegurando diseñar la estrategia dentro del pensar lógico de la gente local. Ellos definieron el esquema organizacional del programa, cómo hacer y evaluar los planes de negocio, y cómo orientar eficiente y transparentemente cada CIEM local y las empresas por él auspiciadas.
1.2. Hacia una nueva noción del emprendedor empresarial
Schumpeter (1996) utiliza el término emprendedor para referirse a aquellos individuos que con sus acciones originan cambios en los mercados. Define al emprendedor como una persona dinámica y fuera de lo común, quizá por las metas que se impone y riesgos asumidos frente a su devenir social y económico, que promueve nuevas combinaciones o innovaciones. Expresa:
Efectivamente, Schumpeter (1996) dedica el capítulo séptimo de su libro para tratar sobre el "proceso de destrucción creadora", indicando que tal proceso "constituye el dato de hecho esencial del capitalismo" y agrega "en ella consiste en definitiva el capitalismo y toda empresa capitalista tiene que amoldarse en ella para vivir" pero aunque ello parece indicar que la empresa y el empresario solo tienen cabida en tanto sean "destructivos creadores" en el sentido de innovadores o inventores, luego al precisar la función de empresario indica que "esta función no consiste, esencialmente, en inventar algo ni en crear de otro modo las condiciones que la empresa explota. Consiste en lograr realizaciones" (Schumpeter, 1996, p. 121) argumento este valioso para defender una tesis fundamental del trabajo presente.
Tal argumento queda referido exactamente a lo que dice Schumpeter (1996) y pocas veces se destaca, la función del empresario "no consiste, esencialmente, en inventar algo ni en crear de otro modo las condiciones que la empresa explota" (p. 181) pues sostener lo contrario sería decir que los empresarios que no han inventado un producto, un nuevo proceso o una nueva forma de gestión, que valga decirlo son la mayoría de ellos, no son empresarios al no cumplir la función de innovar o inventar, cosa que sería un exabrupto en el que lastimosamente caen muchos estudiosos que citan parcialmente al autor en cuestión. Como se ve, para Schumpeter, como es lógico y natural, la función del empresario "consiste en lograr realizaciones" (p. 181).
Así es claro, logra realizaciones no solo quien crea una nueva empresa a partir de un invento o innovación, sino quien habiendo comprado o incluso heredado la empresa se hace empresario, sigue operando con el producto genérico, tradicional de la firma, pero la mantiene viva, pujante, generando bienestar a su entorno al comprar y vender dentro de las reglas capitalistas.
En efecto, los emprendedores son realizadores de largo aliento, no les basta maravillarse con la sensación de grandeza experimentable por el innovador o inventor al sentir su más reciente logro concluido, no, su sentido thymotico, esto es, su deseo porque se le reconozca su valía, le conduce a probar que su producto funciona y gusta a los potenciales clientes, y esa es la confirmación superior de que su mejora o creación fueron efectivas, demostrando ello su condición superior como realizadores de acciones empresariales útiles.
En adición a ello cabe preguntarse: ¿Cuánto tiempo dura una innovación o invento como elemento exclusivo de su proponente? Y la respuesta es: muy poco; pues como indican Kriegel y Patler (1994) todos los productos recién innovados se rompen (se reemplazan) rápidamente,5 pues la innovación o invento son copiados o peor todavía, son superados por otro innovador o inventor, para en poco tiempo verse el nuevo producto olvidado por sus esnobistas compradores, ya enamorados de otro recién llegado, pero prestos a olvidar a este cuando llegue en breve su reemplazo. La idea del cambio como un continuo en el tiempo es sin embargo mucho más antigua, pues Heráclito, 500 años antes de Cristo ya había dicho "No existe en la realidad nada que sea siempre igual, porque lo único real es el cambio" y sentenció: "lo único constante es el cambio" (Álvarez, 2010, p. 1).
En contraste con todo ese frenesí creativo, innovador6 y propositivo, hay empresas, como concluyeron los investigadores Collins y Porras (1995), que no creen en lo que ellos llaman el mito de que lo único constante es el cambio y al contrario indican:
Tales empresas cuyos productos simplemente perduran y perduran, han permanecido generando riqueza durante años. Así pues, se demuestra que la innovación, siendo relevante, no puede ser requisito exigible al emprendedor empresarial para ser reconocido como tal.
Entonces el marco teórico expuesto permite finalmente esbozar una conclusión parcial: es tan emprendedor quien se hace empresario al iniciar una empresa sobre un bien, proceso o gestión innovadora o incluso totalmente inventada,7 como quien lo hace sobre una empresa la cual compra o hereda, pues ambos finalmente aportan a la sociedad al generar empleo y demás externalidades positivas, razón esta para validar proponer un programa capaz de impulsar crear empresas nuevas, fortalecer las que estén operando y reactivar las cerradas, siendo todas ellas objetivos válidos para los espíritus realizadores, creadores, emprendedores e innovadores, descritos por Schumpeter (1996).
1.3. Los programas para hacer empresas
Las llamadas entidades multilaterales como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) tienen programas formadores de empresa y/o trabajan en consorcio con entidades locales tales como universidades, fundaciones o alcaldías para hacerlo. Algunos ejemplos son estos:
En segunda instancia el estudio plantea el caso del IESE de España, quien trabajando con estudiantes de maestría como emprendedores, encargados de idear y formular planes de negocio para empresas de alto crecimiento o dinámicas llamadas gacelas o flyers, asumió para financiarlas la hábil estrategia de crear una agenda de ángeles de negocios a los cuales capacita mediante un curso específico para inversores, pues estos ángeles son personas con capacidad financiera para invertir en empresas de alto potencial de rendimiento.
Ciertamente, así como en Europa, en las localidades de América Latina, organizaciones como los CIEM aquí propuestas, en unión con universidades y cámaras de comercio, pueden buscar implementar programas de ángeles de negocios, constituidas por tenedores de capital y por tanto catalogables como potenciales inversores individuales o institucionales a quienes se capacitaría para decidir sobre proyectos de inversión en contextos de naciones como Colombia, facilitando así a los emprendedores el camino para acceder a posibles financiadores de sus iniciativas empresariales.
Adicional a los programas citados apoyados por el BID, Luna y Sáenz (2004) reseñan cómo esta entidad multilateral ha contado desde 1978 con:
Ese programa se transformó en 1998 en el Programa de Empresariado Social (PES).
Considerados esos ejemplos, es claro que el estado de la cuestión práctica hacedora de empresas revela la existencia afortunada de distintos programas ocupados de ese propósito en el mundo y en particular en América Latina, esto con el apoyo de entidades supranacionales, correspondiendo ahora observar la cuestión en Colombia, como país base del estudio.
La cultura emprendedora dispone de una amplia gama de entidades trabajando para capacitar en crear y administrar empresas, pudiéndose afirmar que tanto universidades como centros de formación técnica y tecnológica se ocupan de ello en algún nivel, junto a alcaldías, cámaras de comercio, incluso gremios empresariales y otras instituciones de manera formal o informal. Una pequeña muestra en este sentido se plantea en la Tabla 1.
Esa red de recursos y esfuerzos inteligentes ha podido alcanzar valiosos resultados, pudiendo ser el primero la cultura emprendedora posicionada en la mente de las gentes principalmente jóvenes que atienden y las empresas formadas mediante el apoyo crediticio de entidades como el SENA, quien en siete convocatorias abiertas a nivel nacional (también realiza convocatorias cerradas, sólo para alumnos del SENA) hasta marzo de 2008, ha logrado apoyar la creación de 1.429 empresas. Esto demuestra que es imprescindible la continuidad de los programas reseñados, incluso operando de manera independiente, resultando necesario planear y crear un programa capaz de tomar los emprendedores formados con sus ideas o proyectos empresariales para conseguir la implementación de sus iniciativas, pues es claro que no todas las buenas iniciativas de negocio propuestas por los emprendedores se están convirtiendo en empresas y ese es el objetivo último del programa propuesto.
1.4. Estructura y operación del programa CIEM en una localidad
Recogiendo lo dicho por los interrogados con el sondeo de opinión y en la mesa de trabajo, se construyó el perfil y enfoque estructural y operativo de la estrategia, según se muestra en los aspectos enseguida planteados.
Opción 1: emprendedores crean empresas nuevas
Esta puede ser la opción aparentemente menos costosa, en términos de la inversión a realizar para ingresar al mundo empresarial, pues la inversión se limita a comprar los activos fijos necesarios, tales como maquinaria, equipos, vehículos y muebles de oficina, terrenos e inmuebles de un lado, y del otro, a presupuestar y financiar la inversión en capital de trabajo, representado en la inversión en el capital de trabajo neto operativo (KTNO), inversión en creación de marca y la inversión para soportar los costos fijos mientras se alcanza el punto de equilibrio en un tiempo previsto. Como se aprecia, en esta modalidad no se paga un sobreprecio, presente cuando se compra una empresa en operación la cual arrojó EBITDA23 positivo.
Las empresas nuevas presentan formidables ventajas, como las de iniciar operaciones con tecnología productiva y procesos de punta, el no tener pasivos con empleados y el de provocar expectativas positivas entre los potenciales clientes, siendo su mayor costo el vencer barreras de ingreso al mercado24 tales como la curva de experiencia de los competidores antiguos,25 y la optimización de procesos productivos para elaborar los bienes y servicios con un margen de producción perfectamente competitivo, para llegar finalmente al que quizás sea el mayor costo de las nuevas empresas: hacer conocer y lograr la aceptación de su nueva marca, en un mercado intensamente luchado por competidores directos y sustitutos. Entrar y posicionarse en un mercado es pues el reto más formidable a enfrentar por los emprendimientos nuevos en razón al tiempo que puede tardar ello y el desconocido costo a asumir que se demanda.
Opción 2: emprendedores repotencian empresas operando
Comprar toda o parte de una empresa en marcha puede ser la táctica más barata, a la postre, para ingresar al mundo empresarial o consolidarse en él. Comprar una empresa operando va más allá de comprar unos activos productivos, pues significa adquirir su curva de experiencia, traducida en organización y procesos productivos ya probados para elaborar y vender bienes y servicios, así como la adquisición de unas destrezas laborales personalizadas en los obreros y empleados de la empresa. Aparte de ello, se gana un elemento clave: una marca con algún nivel de recordación y venta entre los clientes potenciales y objetivos.
Los costos de adquirir una empresa operando están representados en el sobrecosto o mayor inversión a pagar por los compradores si la empresa genera flujo de caja positivo, aunque las utilidades pueden ser bajas, incluso nulas o negativas coyunturalmente.
Así, al comprar toda o parte de una empresa, esta es valorada por su capacidad de generar flujo de caja libre a perpetuidad, cortándose esa curva perpetua por el valor arrojado por el EBITDA, multiplicado por un número de veces, determinado por el valor de las empresas similares en el sector o gremio productivo en el que compite la firma.
El sobreprecio es compensado por la menor inversión requerida para crear marca, en la adquisición de activos probados y organizados y en los costos de enganche y entrenamiento de trabajadores de producción, ventas y administración entre otras variables. Con todo, la estrategia de adquirir empresas resulta ser la más atractiva para los inversores profesionales y empresarios, lo cual explica el auge de adquisición y absorción de unas firmas por otras, esto permite concentrar la propiedad en los mejores frentes de inversión, eliminar competidores y en consecuencia incrementar la productividad, mientras fortalece la posición de dominio en el mercado y otorga, finalmente, el premio gordo, representado en un estable o un mayor margen de contribución unitario, base de la generación de riqueza en las empresas, pues habiendo surgido de restar el costo variable unitario al precio de venta unitario, al ser estable o mayor ese margen, asegura la posibilidad a la empresa de cubrir plenamente sus costos fijos, gasto de intereses, amortización de deudas, pago de impuestos directos, financiación de sus mayores demandas de capital de trabajo para acrecentar ventas, al tiempo que asegura la reconversión o crecimiento de maquinaria y equipo, y posibilita la inversión en nuevos proyectos y los pagos de beneficios a sus dueños.
Sobre esos elementos, es clara la conveniencia de adquirir toda o parte de una empresa en marcha, repotenciándola con recursos financieros aportados por los nuevos socios, eliminando créditos, por lo cual se disminuye el nivel de riesgo, recomponiendo su estructura financiera (participación de aportes y créditos en la financiación total), dejándola en mejor posición de autonomía financiera para evitar sobrecostos y aliviar presiones sobre el flujo de caja operacional ocasionados por niveles de endeudamiento altos, originantes de desembolsos fuertes para cubrir intereses y amortizaciones periódicos.
Fomentar el compromiso de nuevos inversores en la empresa en marcha, previo estudio de factibilidad, puede ser un camino estratégico para evitar la quiebra de empresas locales, la profundización del desempleo y el retraso económico local.
Desde luego, debe advertirse que si bien fortalecer y redireccionar una empresa local en marcha genera las externalidades positivas citadas, estas son menos que las generadas cuando se crea una nueva empresa, pues esto origina mayor crecimiento económico en oposición a la compra de una firma operando, en donde la economía no crece, pues la inversión del comprador se desinvierte por quien vende.
A pesar de esto, ante la realidad de la compra y venta de empresas, y la necesidad presente en algunas de reestructurarse financieramente y reorganizarse en sus metas y gestión, puede ser preferible para un empresario local financiarse con recursos provenientes de aportes de nuevos socios en vez de créditos, garantizando esto la permanencia de las empresas, cuestión de fondo que debe importar a los gestores de cada CIEM local en los municipios colombianos o de otras naciones que adopten la estrategia.
Opción 3: emprendedores valoran empresas paradas para reiniciarlas
Los profesores Samuelson y Nordhaus (1999) enseñan que el punto de cierre de una empresa se da cuando debe vender por debajo del costo de producción, entendiéndose de esa verdad que el punto de cierre se deriva cuando una empresa por ineficiencia productiva, por entrada en desuso de sus productos o por necesidades financieras extremas, debe vender por debajo del costo variable unitario. Así entonces, si una empresa se cierra por problemas de liquidez, no atribuible a que debió vender por debajo del costo de producción, esta empresa es rehabilitable, al igual que si ello le ha ocurrido por un problema técnico, superable, que la hiciera ineficiente o por bajas ventas coyunturales.
Ross, Westerfield y Jaffe (2009) dicen que otra razón de quiebra se da por:
Sin duda, la mayoría de los aspectos por los cuales se cierran las empresas son superables, incluso la entrada en desuso de sus productos en el mercado, si es factible emplear o reconvertir sus instalaciones, maquinaria y equipos, para elaborar bienes tangibles o intangibles que sí gocen de aceptación en los mercados nacionales o extranjeros. Los problemas monetarios no deberían causar el cierre de una compañía, pues como dicen Ross et al. (2009, p. 815) "normalmente, una crisis financiera no produce la desaparición de la empresa" lo que quizá sea cierto en Estados Unidos de América, pero en naciones como Colombia las crisis financieras, más allá de su origen, ocasionan el cierre de las empresas.
Los emprendedores e inversores agrupados en un colectivo de inversión pueden encontrar importantes ventajas al valorar reiniciar una empresa parada, pues se pueden aprovechar las ventajas dichas de iniciar una nueva empresa y las de fortalecer una en marcha, al tiempo de superar sus desventajas.
Así por ejemplo, si los activos de la firma cerrada aun tienen un significativo valor de uso, esto es, si son susceptibles de ser productivos, ello puede implicar entrar con baja inversión a un posible buen negocio, pudiéndose aun aprovechar la recordación positiva en el mercado de las marcas empleadas por la empresa.
Una firma cerrada puede exigir una inversión inferior a la de una organización nueva, al menos en creación de marca, y a la de una empresa funcionando, en lo relacionado al sobre costo o prima exigido por sus dueños interesados en vender, al valorar su flujo de caja libre a perpetuidad.
Al igual que una empresa que está en funcionamiento, la empresa cerrada exige cuidado al formular el proyecto de inversión en lo atinente a pleitos jurídicos con los trabajadores, bancos, proveedores y demás agentes con los cuales haya tenido relación comercial, incluida allí por supuesto la administración de impuestos. Adicionalmente, otro flanco débil en este tipo de empresas es valorar la situación real productiva de sus activos y dimensionar la recordación positiva de sus marcas por parte del mercado.
Diagnosticados los distintos aspectos para formular un plan de negocio sólido a partir de una empresa en marcha o cerrada, a nivel del entorno general, el entorno sectorial y las áreas funcionales al interior de la empresa, puede hallarse una relación costo/beneficio positiva a favor de iniciar un emprendimiento a partir de una empresa en operación o incluso una parada.
Reabrir una empresa cerrada puede generar un impacto grande en la psique del colectivo local, por ejemplo, si en Palmira, municipio eje de este estudio, se reabriera, como se ha dicho en algunos círculos, a Industrias Metálicas de Palmira (IMP), ello causaría noticia, se recordaría cómo esta empresa generó empleo y riqueza para sus dueños, la sociedad y la administración de impuestos, impactando en la mente de los palmireños, reafirmando su capacidad de resurgir en lo personal todos los días hacia la productividad generadora de progreso.
Concluyendo este aparte, las tres opciones para hacer emprendimiento empresarial no se contraponen ni son excluyentes una frente a la otra, por el contrario, los productos de crear, repotenciar o reiniciar empresas son complementarios en el portafolio a ofrecer a las mentes emprendedoras hacedoras de empresa, siendo uniformes en la búsqueda y alcance de dinámica económica y social en las localidades de naciones cuyos habitantes trabajan en función de su desarrollo individual y colectivo.
Los investigadores valoran que las empresas locales, auspiciadas con la certificación de un CIEM local, pueden estar dentro de una de esas estrategias competitivas, incluso la estrategia a la mitad, pues las empresas que venden bienes de condición estructural, funcionalidad y calidad intermedia, tienen la ventaja de vender a la creciente clase media y aun a los ricos empeñados en ahorrar y a los pobres en su deseo por un disfrute superior, lo cual pone de manifiesto que la posición adoptada por Porter al señalarla como una estrategia perdedora no es necesariamente cierta.
Observación: el protocolo de elegibilidad de los proyectos de inversión muestra en el paso 5 la apertura de cuentas de ahorro-aporte al contarse apenas con el estudio de prefactibilidad, pues se procura generar compromiso entre emprendedores e inversores con la propuesta de negocio. De esta manera se va consolidando capital para invertir de manera gradual durante el tiempo que se ocupe en hacer el estudio de factibilidad. Esto tiene varios beneficios para el programa: permite la participación de pequeños inversores, incluso trabajadores, quienes hacen su aporte monetario de manera gradual, incentiva la participación de bancos o cooperativas de ahorro, quienes prestan dinero más fácil a clientes que tengan relación comercial previa con ellos y permite, finalmente, que emprendedores e inversores trabajen unidos en estructurar y valorar el plan de negocio para decidir finalmente sobre su montaje o no. En caso de no ser viable un proyecto empresarial o un inversor decida finalmente no invertir, el dinero acumulado en la cuenta de ahorro-aporte, con sus rendimientos respectivos, le sería reembolsado a cada persona.
1.5. Cómo elaborar estudios de factibilidad para proyectos del programa CIEM
Cada propuesta emprendedora será evaluada a través de un software, el cual contiene una guía para hacer el análisis de prefactibilidad y el estudio de factibilidad, como medio para orientar a los emprendedores para hacer el plan de negocio y estimar técnicamente el potencial generador de riqueza de su proyecto.
1.6. El buen gobierno corporativo
La ética, entendida como el proceder con sentido de justicia, con racionalidad, obrando bien para nosotros mismos y los demás (Cuenca, 1996)26 cimenta la confianza, la confianza merecida y honrada, permite disminuir costos de transacción en los negocios, y si socios y empleados en las empresas operan con ética, se estará imponiendo la concepción del buen gobierno corporativo, asumida aquí como pilar para orientar a las empresas auspiciadas en cada localidad por el CIEM local y al CIEM local mismo para ganarse la confianza de emprendedores, inversores y de la comunidad.
Allí justamente apunta el buen gobierno corporativo, a buscar crear normas de conducta explícitas e implícitas creadoras de confianza al interior de las empresas, para conseguir una relación transparente y por tanto más productiva entre socios y su agente, la Junta Directiva y el agente de esta, la Dirección Ejecutiva, y así de la empresa con el Estado en general, comprendidos en esa noción trabajadores, gobierno y toda la sociedad.
1.7. Barreras para el programa Temor y reserva hacia la inversión. Esa percepción, esa actitud, puede resultar más definitiva a la hora de impedir invertir que barreras materiales como carencia de recursos o tiempo disponible de trabajo. Los insondables caprichos del alma humana frenan o impulsan las más imaginativas y mejor concebidas iniciativas materiales y técnicas. Es entonces la voluntad, los principios de pensamiento del colombiano promedio, la principal y mayor barrera a vencer para construir los CIEM.
Escasa cultura del ahorro y participación. Tovar (2008) investigando sobre el ahorro revela:
Constituyendo esto una fuerte barrera a una iniciativa que pretende convocar a asalariados. Cabe otro obstáculo más, la tendencia aislacionista, poco participativa apreciada en el colombiano, en especial en procesos de larga duración que implican compartir esfuerzos, concertar decisiones, en una frase, ejecutar trabajo en equipo.
Desde luego éstos y otros problemas colaterales bamboleantes sobre los CIEM, obligan a un diseño rico, agudo en el uso de conocimiento e imaginación en el diseño de la propuesta para conseguir que ésta trascienda a aquellos. Para el caso de la participación, la atención se centrará en enarbolar mecanismos de aproximación e interacción duraderos al interior de cada colectivo creado.
Ante las limitaciones citadas para invertir de parte de los trabajadores, la solución alternativa es invitar a inversores profesionales, individuales o institucionales, tanto nacionales como extranjeros, y por supuesto, a los colombianos residenciados en el exterior.
2. CONCLUSIONES
No se ha llegado, se está apenas por iniciar, es la premisa a partir de la cual se hacen las conclusiones de este estudio. Ello es así porque se está constatando la importancia de las empresas en las sociedades, no la importancia económica, pues ella no es menester refrendarla, sino la social, en términos de exaltar cómo auspiciando empresas locales donde participan los asalariados en calidad de socios, se difunde con mayor celeridad el progreso económico a favor de todos los miembros de la sociedad. Sobre ello, concluye el estudio:
NOTAS AL PIE DE PÁGINA
1. Investigación financiada por las dependencias de investigaciones de la Universidad Nacional de Colombia (sede Palmira) y la Universidad Autónoma de Occidente (Cali).
2. Este documento fue seleccionado en la convocatoria para enviar artículos, Call for Papers, realizada en el marco del Simposio "Análisis y propuestas creativas ante los retos del nuevo entorno empresarial", organizado en el marco de celebración de los 30 años de la Facultad de Ciencias Administrativas y Económicas de la Universidad Icesi y de los 25 años de su revista académica, Estudios Gerenciales, el 15 y 16 de octubre de 2009, en la ciudad de Cali (Colombia). El documento fue presentado en las sesiones simultáneas del área de "Creación de empresa".
3. El Banco Mundial (2009), con un enfoque de geografía económica, revela el pasmoso comportamiento de la pobreza en el planeta. Por su parte, la Comisión Económica para América Latina - CEPAL (2008) indica que para el año 2007, la incidencia de la pobreza fue sobre el 34,1% de la población, esto es, 184 millones de personas, de las cuales el 12,6%, es decir, 68 millones, viven en condiciones de pobreza extrema o indigencia.
4. Dini (2006) dice "puede definirse una acción colectiva como una acción emprendida por un conjunto de actores económicos (empresas y/o instituciones, -y personas-) independientes, que se asocian voluntariamente, manteniendo su propia individualidad, para alcanzar un objetivo común y consensuado que no podrían lograrlo de forma individual" (p. 4) concepto acogido en este trabajo.
5. Kriegel y Patler (1994) hacen el elogio de la innovación, el cambio y el invento.
6. La importante propuesta innovadora se ve catapultada no solo por una avalancha de textos como el de Prouvost (1995), Tudor (2001) o el de Varela (2001), sino por la implementación en las empresas de departamentos o secciones de I+D o de diseño y por investigaciones en la materia, tales como la de Loossens (2009).
7. Los investigadores diferencian los vocablos innovar e inventar acogiéndose al significado de tales palabras, según indica el diccionario enciclopédico Larousse (2001, p. 360, 368), donde se define innovar como "introducir novedades" e inventar cómo "hallar la manera de hacer una cosa nueva o no conocida, o una nueva manera de hacer algo: inventar un nuevo procedimiento de fabricación".
23. EBITDA es la sigla inglesa de Earning, Before, Interest, Taxes, Depreciation and Amortization, que traducido al español significa utilidad antes de interés, impuesto, depreciaciones y amortizaciones. El EBITDA es el resultado de los flujos efectivos de ingreso y salida de dinero en las organizaciones, surgiendo de las cuentas explícitas o implícitas del estado de resultados o el estado de flujo de efectivo.
24. La teoría sobre barreras de entrada es desarrollada excelentemente en Porter (1993a, 1993b).
25. Sobre curva de experiencia véanse Krugman y Obstfeld (1993) y Hill (2001, 2007).
26. El concepto ética es complejo, Cuenca (1996, p. 13) dice: "el ser humano es ante todo, racionalidad. Cuando actúa, pretende realizar aquello que conoce como lo mejor para él, lo que coherentemente con sus ideas considera que es defendible ante su conciencia y ante los demás". Y sigue "el hombre sabe que el bien es racionalmente cognoscible, aunque no siempre lo realice" y remata "la ética es obrar de acuerdo con la razón, con lo que racionalmente consideramos bueno, justo, útil y provechoso". Para Cortina (1999), autoridad en la materia, ética y moral son vocablos sinónimos en el hablar cotidiano, siendo la moral "un tipo de saber, encaminado a forjar un buen carácter, que ha formado y forma parte de la vida cotidiana de las personas y de los pueblos" y la ética es "filosofía moral, es decir, una reflexión sobre la moral cotidiana hecha por filósofos" y añade "a la ética le importa ante todo averiguar en qué consiste la moral, y para esto tiene que averiguar qué rasgos deben reunir los valores, las normas o los principios para que los llamemos "morales" y no de otro modo" (pp. 41-42).
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